Aunque mucha de la producción de alimentos en Europa depende de trabajadorxs migrantes, la mayoría de las personas no es consciente de las condiciones de vida y laborales que la mayoría de ellxs tienen que soportar. En muchos casos, estas son personas que se vieron obligadas a escapar a Europa por el cambio climático y el conflicto en áreas de África del Norte y Medio Oriente donde se ganaban el sustento mediante el trabajo de la tierra y actividades rurales. La criminalización de la migración hace que el viaje de las personas en búsqueda de refugio sea cada vez más peligroso e incentiva la explotación a manos de sistemas agrícolas y alimentarios industrializados.

En esta sesión escucharemos a miembrxs de La Vía Campesina en Italia para aprender cómo podemos oponernos a la opresión racista de trabajadorxs de la tierra y enfrentar las causas sistémicas de explotación mediante el trabajo organizado y la generación de nuevos modelos de negocio. En Calabria, en el sur de Italia, la cooperativa social Cooperativa Mani e Terra (Manos y Tierra) está dirigida por italianxs y trabajadorxs migrantes, ambos con igualdad de derechos cuando se trata de tomar decisiones. Es una declaración política: “la agricultura ética” es diversa, orgánica y con precios justos. Las personas ricas no deberían ser las únicas que consumen buenos alimentos. La cooperativa trabaja para luchar contra el nuevo racismo que está emergiendo en Europa al romper las barreras lingüísticas y culturales que se crearon entre migrantes y nativxs.